Todos los años por Septiembre hay una sensación que se repite dentro de cada estudiante que debe volver a clase, esa mezcla entre "alegría" por volver y horror profundo de saber que se acabó lo de levantarse tarde y no hacer nada en todo el día. Yo pensaba que este año esa sensación no iba a apoderarse de mi: con el cambio de ambiente y de rutina la cosa sería diferente, pero muy a mi pesar no pasó como esperaba ni por asomo. Resulta que la famosa sensación seguía estando solo que sin llevar uniforme esta vez.
El 29 de Septiembre del 2010 pasará a la memoria de todo el mundo, pero aunque ellos lo recuerden como "el día de la huelga" para mi será el día que empecé la universidad. Me levanté temprano para que me diera tiempo a ducharme, preparar las cosas que debía llevar, pensar qué me iba a poner y desayunar, pero al final como siempre acabé con el tiempo justo de comerme una tostada mientras me ponía los zapatos.
En coche hasta la misma puerta, al bajar encontré una manada de gente con la misma cara de no-se-qué-tengo-que-hacer que yo. Nos costó un rato encontrar la clase donde ibamos a empezar, aunque realmente hubiera preferido no haberlo hecho: no llevaba ni media hora dentro del aula y ya me planteaba lo del cambio de carrera, ¿programar ordenadores? ¿dónde me he metido?. La cara de Rosa al lado mía no me tranquilizó pero si que es verdad eso que dicen de que mal de muchos consuelo de tontos. En cuanto pudimos salimos corriendo a la cafetería, a que se nos pasara el susto. La segunda clase del día empezó con un capítulo de Friends y acabó con los veteranos escoltándonos hasta la Aldaba.
Deseadme suerte, mis cuatro años universitarios han empezado hoy.
Deseadme suerte, mis cuatro años universitarios han empezado hoy.
1 comentario:
Ojalá todas las clases empezarán con un capítulo de Friends. Anda no te quejes tanto y diviertete como solo tu lo sabes hacer, con disfraces, canciones y pinturas. Espero muchísimas más entradas. Te quiero ojos de rana y pelos de loca =)
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